Proyecto
Stolpersteine

Aunque puede parecer lejano, la sociedad española tiene una deuda con quienes defendieron la democracia y sufrieron el exilio. Algunos de ellos lucharon durante la 2ª Guerra Mundial contra el fascismo desde las filas francesas y otros formaron parte de la Resistencia.

Más de 10.000 españoles fueron detenidos durante las semanas posteriores a la invasión alemana y trasladados a los Stalags (campos de prisioneros de guerra en el interior de Alemania), desde donde fueron deportados a los campos de concentración nazis por una decisión política de Franco, Hitler y Pétain. En cada Stalag, los alemanes organizaron convoyes para trasladarles a los campos de concentración con el objetivo de que no salieran vivos de allí.

De esos miles de personas, al menos 353 cordobeses  y 221 jienenses fueron deportados a campos de concentración nazis.

Perdieron la vida de todas las formas imaginables: fusilados, apaleados, gaseados, ahorcados…, aunque la mayoría perecieron por un triángulo de amenazas: hambre, trabajo esclavo y unas condiciones sanitarias deplorables que les provocaban todo tipo de enfermedades.

Todas estas víctimas directas del nazismo no han tenido un reconocimiento por parte del estado español hasta hace unos pocos años. Fuera de nuestras fronteras, los deportados han sido condecorados con insignias, reconocidos en multitud de homenajes e incluso indemnizados en países como Alemania, Francia o Polonia.

Es necesario recuperar una dignidad como país, como andaluces y como cordobeses, y para ello es importante rendir un homenaje a nuestros vecinos deportados a campos de concentración nazis, que previamente habían abandonado España en 1939, tras la Guerra Civil, y que contribuyeron a la defensa de Francia contra la Alemania nazi, defendiendo la libertad frente al fascismo.

Un reconocimiento que llega tarde, pero que es muy necesario para restaurar la dignidad de todos aquellos hombres y mujeres que sufrieron, sin ser reconocidos, la barbarie del nazismo. Ya es hora de visibilizar, aceptar y dignificar una parte de la Historia negada, olvidada o silenciada durante demasiado tiempo.

En España son muy escasos, discretos y casi clandestinos los hitos que recuerdan, en espacio público, a quienes padecieron la represión dentro y fuera de nuestras fronteras, a quienes soportaron el exilio, a quienes se opusieron al fascismo y a quienes lo sufrieron directamente en sus diferentes y atroces formas y, por lo general, están dedicados a un conjunto de víctimas.

Una de las iniciativas memoriales de homenaje individual más destacada y difundida es el Proyecto Stolpersteine, desarrollado por el artista alemán Günter Demnig.

Su primera “piedra de tropiezo” (traducción literal) la instaló en 1997 en Kreuzberg, distrito de Berlín. Desde entonces, ha fabricado e implantado 100.000 unidades de estos pequeños memoriales en 31 países europeos, desde Noruega a Grecia y desde Bielorrusia a España; incluso en Argentina. De este modo, se puede decir que ha creado el monumento más extendido del mundo dedicado a las víctimas del nazismo.

Las Stolpersteine son bloques de cemento prácticamente cúbicos (96 mm x 96 mm x 100 mm), en los que se inserta -en una de sus caras cuadradas- una placa de bronce en la que graba datos (nombre, fecha de nacimiento, fecha de su deportación, fecha de su reclusión, fecha de su asesinato…) de la vida de UNA PERSONA.

Normalmente el texto cincelado comienza con las palabras “Aquí vivió”, ya que lo habitual es instalarlas en el suelo delante de la puerta de la que fue vivienda de la víctima o en algún lugar emblemático de la localidad.

Web del proyecto (www.stolpersteine.eu)
Stolpersteine

Gracias al trabajo de Günter Demnig, más de 2.000 localidades europeas rescatan del olvido los nombres de sus vecinos que, entre 1933 y 1945, fueron víctimas, en un modo u otro, del horror nazi.

Bruselas (BÉLGICA)
Trömso (NORUEGA)
Viena (AUSTRIA)

A la fecha de elaboración del presente documento, en el Estado Español se encuentran instaladas Stolpersteine en la mayor parte de las Comunidades Autónomas. La primera colocación fue en Cataluña, en septiembre de 2015, en el municipio de Navàs (Barcelona). 

Desde entonces, se han instalado numerosas Stolpersteine en España, cerca de 1.000 piedras, sobre todo en Cataluña y las Islas Baleares, donde los gobiernos autonómicos lideran el proyecto y lo coordinan con los ayuntamientos. Además de Stolpersteine, en estas dos Comunidades Autónomas se colocan Remembrance Stones, piedras de la Memoria en homenaje de las víctimas del franquismo y su dictadura. 

En Andalucía, se han colocado 132 de estas piedras, 122 de ellas en la provincia de Córdoba: Belalcázar, Torrecampo, Villaralto, Peñarroya-Pueblonuevo, Fuente Obejuna y aldeas, La Granjuela, Belmez, Villaviciosa de Córdoba, Posadas, Almodóvar del Río, Doña Mencía, Puente Genil, Fuente Palmera (donde están las de este municipio y Fuente Carreteros) y Priego de Córdoba.

Quienes “tropiecen” por primera vez con una de estas instalaciones, seguramente descubrirán la tragedia de un ser humano confinado a algún campo de concentración nazi.


Bisnieta de Juan Manuel Fernández Colmenero, deportado de Belalcázar (Córdoba), leyendo la inscripción de su bisabuelo. El hijo del deportado, su mujer, su hija y su nieta vinieron desde Austria, donde viven, para visitar la Stolpersteine de su familiar.

Cuando nos encontramos alguna placa, no es necesario entender el idioma del texto inscrito para comprender lo trascendental de su contenido: por desgracia, la última línea grabada suele contener una palabra trágicamente conocida: Treblinka, Theresienstadt, Sobibor, Sachsenhausen, Ravensbrück, Mauthausen, Neuengamme, Lodz, Gurs, Drancy, Dachau, Chelmno, Buchenwald, Bergen-Belsen… ¡AUSCHWITZ!

El proyecto STOLPERSTEINE es un proyecto artístico que tiene una patente europea y copyright. La Fundación de Günter Demnig es la única que hace estas piedras, no solo en Europa, sino en el mundo entero, y forma parte de un proyecto único a nivel mundial, el “Proyecto Stolpersteine”.

La fabricación de cada Stolpersteine es manual y la realiza el escultor Michael Friedrichs-Friedlaender, en contraposición del exterminio masivo, impersonal, que transformaba hombres en números para facilitar el trabajo y poder asesinar a un mayor número en el menor tiempo posible.

El artista Günter Demnig está detrás del proyecto y para asegurarse de que el proyecto continúe, creó la Fundación «Stiftung – Spuren – Günter Demnig», en la que actualmente hay un equipo de seis personas cuidando de este proyecto en el mundo. Además de la fabricación manual de cada Stolpersteine hacen una labor de investigación previa para comprobar la veracidad de los datos enviados por las entidades, localidades y personas particulares, de todo el mundo.